La vida es una mierda por donde se la mire: llena de obligaciones, problemas con sistemas políticos y económicos destinados a cagarle la vida a toda persona que intente habitar sobre la tierra, caos, guerras por doquier, hambre, inútiles en la cúpula cagándole la vida a cuanto empleado esté bajo sus directivas, religiones de todo tipo y color, cajeros ineficientes, municipales ineptos, celulares cada dia mas inteligentes destinados a complicarnos la vida hasta para lograr una puta comunicación telefónica.
Aun así, hay esperanza, existe una luz al final del sendero. Todavía quedan migajas que los peces gordos no pueden robar, a las que no pueden meter un impuesto por uso indiscriminado. Pueden comercializarlo -¡claro que ya encontraron la manera!-, pero, si tenemos un poco de suerte, todavía se consigue y gratis... Si, señoras y señores, damas y caballeros, putas y depravados, hablo del Sexo.
Ese acto increíble que nos hace entender todo el sentido de la mujer sobre la tierra, divas que se mueven como tiburones asesinos en el agua. Si existe algún lugar donde las mujeres pueden manejarse al igual que un soldado experto en pleno campo de guerra es en la cama. Se deslizan con tanta naturalidad que nos hacen pensar que salieron de alguna galaxia perdida en el sistema solar. Nacen sabiendo qué hacer en la cama y cómo... Y no me vengan con que el hombre tiene algo que ver en esto, porque acá estoy hablando de generaciones tras generaciones, de descendientes cósmicas en la que el hombre siquiera es una palabra conocida. ¿Saben de lo que hablo no?
Ellas conocen el juego mejor que nadie, lo dominan con una facilidad absoluta. Una sonrisa, una mirada, una pollera, un peinado, el color que eligieron para el lápiz de labios, el descuido de tomar un vaso de más, la palabra que deciden escribir en un chat... nada es casualidad, todo está perfectamente meditado... milimétricamente. Pero en su mayoría son tradicionalistas, les gusta que sea el hombre el que tome la iniciativa, por más mínima que sea, al menos eso da el toque de “masculinidad” para que ellas liberen su imaginación y nos vean como grandes machos protectores. Y no digo que las mujeres no se valgan por sí mismas, todo lo contrario, se valen lo suficiente como para elegir qué papel quieren cumplir en el juego.
Todas son unas verdaderas genias del arte de la seducción, pero acá hay algo que las divide en dos grandes grupos: las que lo conocen y lo aplican, y las que aún no lo conocen y sin embargo lo aplican. Alguien podría decir que me estoy olvidando de un tercer grupo: las que lo conocen y no lo aplican. Este último -sin intención de herir sentimientos-, no existe. Toda mujer que conoce el poder de la sugestión, lo usa, siempre, en mayor o menor medida, con algunas personas si, con otras no, o en determinadas situaciones, pero es un desliz que no pueden controlar.
La realidad es que también soy un adicto al sexo. Me gusta, me divierte, me relaja, hace que fluya energía positiva por todo mi cuerpo, hasta me olvido del alcohol por el lapso que dure el acto. ¿A alguien realmente no le gusta el sexo? No digo que tengan que ser fanáticos o que lo tomen como terapia alternativa a un tratamiento médico pero ¿a quién no le gusta enredarse un rato en la cama liberando tensiones, sintiendo cómo el cerebro recibe cada centímetro de la piel de la otra persona entre terminales hipersensitivas que descargan miles y miles de sensaciones? ¿Estoy exagerando?
Me gusta hablar de sexo, no sólo me gusta hacerlo. Además, creo que tanto el estímulo de la escritura como el de la palabra juegan un papel fundamental.
Y ustedes se preguntarán por qué estoy hablando de sexo y psicología Jorgeana de las mujeres. Todo tiene una razón: Ariana Laura Pastillas Alcohol.
Con semejante introducción, no queda demasiado por descubrir sobre lo que pienso escribir. Pero dejen que continúe con este relato en el próximo capítulo.

Vos describis a las minas asi y yo me entrego
ResponderEliminarsi no estaria casada jorguito
ResponderEliminarYo también me entrego papito
ResponderEliminarme encanta segui asi
ResponderEliminarse me cae la bombacha..
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